La medicina china es la única medicina que tiene coexistencia continua en cuanto a sus fundamentos desde hace más de 2,000 años y aun siendo
tan antigua ha evolucionado para adaptarse a las necesidades del mundo moderno. Existen unidades de investigación científica que permiten
validarla y experimentarla. La medicina china tiene un campo de aplicación muy amplio ya que es un sistema completo y no una simple técnica
médica por lo tanto puede cubrir todos los campos de la patología. Además tiene un enfoque más humanista y más global del ser humano y de la
salud y enfermedad y de sus causas. La acupuntura y la moxibustión constituyen una parte importante de la medicina china. La teoría general
de la acupuntura se basa en la premisa de que hay patrones de flujo de energía (Qi) a través del cuerpo que son esenciales para la salud. Su
práctica está regida por el concepto de equilibrio y armonía sobre las fuerzas en prefecta oposición: yin y yang, y puede corregir los
desequilibrios del flujo con el manejo puntos identificados en la piel. Esta terapéutica se enfoca en primer lugar en tratar a la persona en
su sentido integral y seguidamente tratar la enfermedad. Los síntomas son vistos como las ramas de una expresión de la raíz del desequilibrio
energético. Su ejecución consiste en la introducción de agujas metálicas o en la estimulación calórica de ciertos puntos de la piel. El
objetivo de estas terapias es restaurar el equilibrio interno del cuerpo y desbloquear el estancamiento de Qi.
Problemas y enfermedades tratadas:
Dermatológicas: eczema, herpes, psoriasis, acné, pérdida de cabello, prurito, alergias.
Muscular, neurológicas, vasculares y esqueléticas: artritis, ciática, lumbago, dolores de hombro, neuralgias, dolor facial, rigidez de cuello,
apoplejía, dolores musculares, varices, dolor de espalda, torceduras, hemiplegía, calambres, codo de tenista, parálisis facial, etc.
Internas: hipertensión, obesidad, asma, bronquitis, diabetes, migraña, ulceras estomacales, indigestión, síndrome de colon irritable,
mareos, diarrea, hemorroides, dolores de cabeza, vómito, naúsea, colitis, vértigo.
Mentales y emocionales: ansiedad, stress, depresión, ataques de pánico, insomnio, palpitaciones.
Problemas masculinos: baja cuenta de esperma, impotencia, eyaculación precoz, prostatitis.
Problemas ginecológicos: periodos irregulares, infertilidad, anemia, menopausia, endometriosis, síndrome premenstrual, flujo, cistitis,
dismenorrea, metrorragia.
Oídos, ojos, nariz y garganta: sinusitis, rinitis, sordera, acúfenos, otitis, dolor de garganta, halitosis.